Las fuentes de la confluencia

El siguiente artículo es un artículo de opinión de su autor, Antoni Cisteró.

En los últimos tiempos, la palabra “confluencia” ha sido quizá de las más usadas, aunque también prostituidas, alcanzando el nivel de uso y abuso del concepto: “mandato del pueblo”. Todos, incluso los que la dinamitan, la utilizan para estar en la misma onda que los que la defienden y la propugnan sinceramente, y ello crea confusión y decepción.

Analicémoslo un poco. El hecho de coincidir ideológicamente está bien, pero lo que da cuerpo a la confluencia son los fines comunes. Si esto es así, a poco que se comparen los programas, no las proclamas o los exabruptos, de los numerosos partidos y colectivos que defienden una política social, veremos que de fines comunes hay un montón. ¿Por qué, entonces, es tan difícil una acción conjunta? Hay múltiples razones: desde personalismos a personajillos, desde tacticismos a submarinismos, desde la falta de medios a las medias tintas, así como a la escasez de activismo.
Quisiera analizar este último factor. ¿De dónde se espera recibir la fuerza necesaria para contrarrestar el poder que defiende lo asocial, hoy un verdadero tsunami de partidos, grandes empresas, la iglesia, la UE y ¡los mercados!, que controlan los medios de comunicación y la banca, empujándonos a una nueva Edad Media de siervos y señores?

La historia reciente y, aún más, la pasada, han demostrado que no bastará con las típicas reuniones de las cúpulas de algunos partidos dispersos y multicolores. Así pues, sólo añadiendo el empuje que surge de la ciudadanía, se podrá tener alguna posibilidad de éxito. Pero la ciudadanía, en abstracto, uno a uno, poco puede.
No se puede caer de nuevo en la manida frase del “mandato popular”. El pueblo no manda, sufre. El pueblo no genera leyes ni entiende su lenguaje especializado, pero sí espera que la legislación que hay y la que venga sean en su beneficio. El ciudadano de a pie no analiza qué tipo de demarcación traería una nueva ley electoral más justa, pero sí sabe que la actual no es suficientemente proporcional. Son muchas las preocupaciones diarias, familiares y laborales, como para ahondar en tecnicismos. Pero, si bien casi nadie conoce el articulado de la Constitución, más de uno intuye que un cambio en profundidad y de base popular, quizá mejoraría sus condiciones de trabajo, o el tratamiento médico que hace meses espera. A medida que la complejidad aumenta, y con Europa, esto es exponencial, se mantiene e incluso aumenta la separación entre la ciudadanía y el ámbito político. ¿Cómo solventar este abismo?

El problema aquí planteado es, entre otras, la razón de ser de los colectivos sociales. Por ellos pasa esa corriente invisible que empuja a algunos a luchar por un mundo más justo y solidario. Son el eslabón imprescindible en la cadena que transmite las necesidades y anhelos de la población, hasta el foro dónde se elaboran y dictan las leyes que pueden hacerlos realidad o ahogarlos. ¿Cumplen tales grupos su función?

Esta pregunta es la razón por la que he lanzado una encuesta, rápida y fácil, a todos los que, de una u otra forma, están integrados en alguno de los múltiples y variopintos colectivos sociales con ánimo reivindicativo. En ella se pretende fomentar la reflexión sobre los elementos internos o de relación con otras formaciones, que pueden estimular o dificultar el conseguir los frutos por los que se constituyó. ¿Fluye la información?, ¿se da una imagen real ante la ciudadanía?, ¿se fomenta la relación entre grupos?, y, también ¿se mantienen adecuadamente las cuentas en las diversas redes sociales?, e, incluso, ya desde el punto de vista individual: ¿se es proclive a participar en la organización de actos, o a asumir posiciones de responsabilidad?, ¿a qué nivel se consideran conseguidos los objetivos fundacionales?
No se pretende, en absoluto, criticar a una formación concreta, no hay ningún a-priori. Es por ello que no se pide el nombre del colectivo sobre el que la persona está respondiendo. Se buscan dos frutos. El primero y más importante, generar una inquietud que quizá derive en la corrección de alguna dinámica por el bien de la eficacia reivindicativa. El segundo, mediante un informe final, dar elementos de reflexión para los colectivos. Aun no siendo estadísticamente representativa, dado el elevadísimo número de grupos y su heterogeneidad, el que los participantes dispongan de una valoración global, ayudará en sus debates internos.
El enlace directo a la encuesta es: http://goo.gl/forms/g6Rj0vXO2K

Se podrá hallar también más comentarios al respecto, un vídeo explicativo y los resultados parciales a medida que se vayan produciendo, en la página http://www.reivindica.com/proyecto-reivindica/

Deixa'ns un comentari

  • (no el publicarem)